El eje conductor del AulaArte es la creatividad como medio de comunicación, en un lenguaje amplio y estético. Educándonos en el amor hacia las producciones propias y ajenas; en el respeto a sus artífices desde lo personal y desde el trabajo cooperativo; en la búsqueda de información y en la construcción de un pensamiento abierto y crítico. Se trabaja a través de Proyectos fomentando la pluralidad de lenguajes de expresión en todas sus posibilidades, enfocándolo al pequeño grupo (cuatro alumnos por sesión).

Nuestro interés por adaptar el currículo a las necesidades de nuestro alumnado se enfoca hacia un aprendizaje desde el placer, aprendemos y nos divertimos. Trabajamos el “currículum del éxito” encaminado a facilitarles los conocimientos, de tal modo, que con pequeños avances, vayan tomando seguridad en ellos mismos y cada vez se sientan más motivados por el proceso de aprendizaje y sean felices en la escuela. El placer del esfuerzo por construir su propia cultura y por la aventura que supone el conocer a través de lo vivido.

Debemos tener en cuenta que lo fundamental en nuestro trabajo no es el producto sino que lo importante será el proceso. Detrás de la práctica hay una idea fuerte: resaltar el valor de toda la persona, de los afectos, de las capacidades de relación de los niños, y de su inteligencia, sus sentidos y sus cuerpos

             El AulaArte  parte de un diseño complejo, lugar añadido en el que deben profundizar y ejercitarse la mano y la mente, afinar la vista, la aplicación gráfica y pictórica, sensibilizar al buen gusto y el sentido estético, realizar proyectos complementarios de las actividades disciplinarias de la clase, buscar motivaciones y teorías de los niños y niñas bajo la simulación, ofrecer una variada gama de instrumentos, técnicas y materiales de trabajo, favorecer argumentaciones lógicas y creativas, familiarizarse con las semejanzas y diferencias de los lenguajes verbales y no verbales. El AulaArte sólo podía plantearse como sujeto del que surge una práctica polivalente que da lugar a procesos específicos e interconectados, transfiriendo formas y contenidos al planteamiento educativo cotidiano.  El AulaArte problematiza los sucesos de la vida. Para que estos se puedan interpretar de mil maneras y nunca saber cuál es la interpretación exacta. Es el lugar para descubrir. Propone estimulaciones estéticas potenciando la creatividad, liberando de esteriotipos las propuestas habituales.   

            El AulaArte se ha convertido en un lugar añadido a la labor del aula ordinaria. Trabajando en pequeños grupos, no más de cuatro componentes, determinados en coordinación con la tutora y/o dependiendo del proyecto que se ha realizado, se determina una intervención en periodos de tres horas semanales el alumnado de infantil y primer ciclo de primaria que pasa por el aula en intervalos de hora y media, mientras que el segundo y tercer ciclo de primaria accede al aula una hora y media por semana, es decir, una sesión cada semana.  Los niños y las niñas tienen un espacio para la reflexión previa y la creación posterior, siempre alentando un espíritu crítico y no conformándonos con cualquier producto, sino abiertos a la discusión y participación del grupo para llegar a acuerdos comunes.

                El maestro es el encargado de romper continuamente con las rutinas seculares para abrir diálogos insospechados y traspasar continuamente las connotaciones de una práctica simplificada. No queda recluido en el ámbito concreto de la educación artística sino que contamina cualquier rincón de la escuela para provocarla.  Se enfoca al pequeño grupo que accede al mismo en busca de experimentación individualizada y concreta para transferirla, junto al maestro al resto del grupo del aula, ampliando a la etapa, unificándose los proyectos de trabajo y expandiéndose a la escuela  fundamentalmente a los variados proyectos educativos que esta trabaja como ecoescuela; interculturalidad; coeducación, etc.

Los criterios de evaluación contemplan una evaluación continua de todo el desarrollo del proceso, un auténtico proceso de feed back que permite introducir modificaciones en cualquier momento. Esta evaluación se entronca con el planteamiento de nuestro centro, donde acogemos una metodología de reflexión-acción, utilizando la asamblea como espacio de debate que permite la crítica sobre el trabajo realizado.  Periódicamente hacemos un balance, analizamos sus condiciones, sus dificultades, sus logros y buscamos estrategias para mejorar y abordar aquellos aspectos que quedan menos desarrollados. 

                Como elemento evaluable no será tanto la obra producida sino el interés y la motivación con la que se produce, así como la observación directa de cómo se involucra el alumnado a esta dinámica y cómo busca encuentros de convivencia a través de la creación. Entendemos la evaluación como un proceso de formación y aprendizaje, en el que valoraremos las acciones diseñadas mediante la elaboración de materiales de autoevaluación.